El acceso de los niños a las redes sociales es una realidad, muchos están incluso más familiarizados que sus propios padres en su manejo, historias de acosos o intimidación (bullying) hacen parte de los temores más profundos de los padres y el control se hace cada vez más difícil.
Si bien las redes más populares no fueron diseñadas para niños, como Facebook que establece explícitamente que se debe ser mayor de 13 años para acceder, es de lo más común que los niños simplemente coloquen una fecha de nacimiento falsa al registrarse para burlar estas normas, peor aún hay muchos padres que dan el mal ejemplo abriendo perfiles para sus hijos incluso cuando son bebés.
¿Qué hacer ante esta situación?, con la facilidad de acceso desde celulares o nuevos dispositivos como las tablets no es realista pensar que se puede aislar a los niños de la tecnología, es parte de su desarrollo social y educativo, sin embargo sí hay una serie de recomendaciones y pautas que los padres deben aplicar antes de permitir el acceso, y además asegurar que sus hijos entiendan y se comprometan a cumplir las normas de uso, seguridad y comportamiento.
Estos son algunos consejos:
– Prepare sus dispositivos para niños: habilite contraseñas de forma que no puedan usar los equipos sin su consentimiento, acceder a carpetas con información sensible, por ejemplo documentos de su trabajo, ni usar programas o aplicaciones que no entienden.
– Agrupe: Coloque preferentemente los accesos directos de las redes, aplicaciones y juegos que usa su hijo en una sola carpeta, así evita que esté revisando otras ubicaciones en el equipo.
– Instale programas de control parental: que bloquean el acceso a material adulto, ciertos contenidos del equipo o en ciertos horarios.
– Cuidado con las sesiones: No olvide apagar sus equipos cuando no están en uso, ni cerrar su sesión en los programas, son comunes las anécdotas en que los hijos publicaron cosas desde el perfil de sus padres por error.
– Redes infantiles: Hay redes sociales para niños como Disney Club Pengüin o Panfu, diseñadas precisamente con características de seguridad y supervisión parental, orientadas a actividades de aprendizaje y juegos, considérelas como una primera opción.
– Acompañe desde el inicio: Abra la cuenta con su hijo o hija, conozca la contraseña en todo momento y no permita que la cambie sin informarle, explíquele que no debe abrir perfiles paralelos y menos hacerse pasar por otra persona,
– Sea parte del grupo: asegúrese de que lo acepta como contacto de forma que pueda monitorear su actividad y su lista de amigos.
– Privacidad: Configure los niveles de privacidad de forma que solo las personas de confianza tengan acceso y active las opciones que permiten notificarle de eventos, guardar las conversaciones y el historial de navegación.
– Ojo con los datos personales: Evite que los perfiles muestren la edad, el nombre completo o información específica de contacto directo como el número de teléfono, correo electrónico, dirección de la vivienda, geolocalización activada, etc. Asegúrese de que su hijo entienda de que no debe compartir información personal ni de los miembros de la casa, tales como horarios de llegada y salida, fechas de viajes, rutinas diarias, etc.
– Reglas de uso: Defina qué aplicaciones y usos son permitidas y cuáles no, por ejemplo juegos sí, chat no, mensajes sí, enviar fotos no. Instruya a sus hijos a no instalar aplicaciones o habilitar opciones sin su consentimiento.
– Reglas de acceso: Establezca los horarios, dispositivos y lugares desde los cuales sus hijos pueden acceder a internet.
– Lista de amigos: Explíquele que no debe aceptar como amigos a personas que no conoce en la vida real y mucho menos responder solicitudes o mensajes de desconocidos.
– Modales: Recomiéndeles aplicar la cortesía también en sus conversaciones en redes sociales, explíqueles que lo que uno coloca en internet no se borra y su comportamiento no debe diferir de su comportamiento en la vida real.
– Señales de alerta: Indíqueles que debe comunicarle cualquier situación con la que no se sienta cómodo, y enséñeles a reconocer señales de alerta, por ejemplo contactos que le piden mantener conversaciones en secreto, que piden información insistentemente o los citan en lugares sin conocimiento de los padres.
– Confianza: Anímelo a confiar en sus instintos y criterio para razonar y conducirse adecuadamente en las redes sociales.
Recuerde que la educación es la mejor forma de protección.